-mis palabras no intentan ponerte nombres o sobrenombres-.
Ahora comprendo que no tengo razón cuando escucho lo que dices, no puedo concebir la objetividad al momento de acariciar-te. El calor de tu lengua dentro de mi boca me marea, tus ojos misteriosos me nublan la vista. Ahora no puedo hacer nada más que amarte, sentirte por dentro. Desmentir tu ser, mala mujer.
Toda tú, de pies a cabeza y sin ropa, eres una mentira echa a mano. Cada una de tus curvas es una excusa más, alimento mi cabeza de fantasías y tu, no haces más que venderte.